By Angels Bernadó Escarré

viernes, 21 de octubre de 2011

Crisis profesional


Cuando Isabel nos contrató para llevar a cabo las obras de reforma de su nueva casa,  pensé que aquel proyecto tenía todos los factores necesarios para convertirse en una gran obra. Un piso de 350 m2 en pleno Paseo de Gracia de Barcelona lleno de historia. Reformarlo era todo un reto.

Pero a medida que avanzaba en la redacción del proyecto, veía en Isabel cierto desinterés por todo aquello que yo le iba explicando con la ilusión propia, de una Arquitecta técnica recién titulada, que emprende su primera obra en solitario.
En nuestras primeras reuniones le hablaba de nuevas distribuciones para los espacios, de materiales de acabado, de colores, de maderas…, pero a Isabel, todo le parecía perfecto y nada le interesaba.
En algunos momentos veía en su cara un poco de ilusión, quizás la que yo misma le contagiaba. Pero pronto volvía a aparecer la sombra de la indiferencia.
En el transcurso de las semanas y después de varias reuniones, Isabel había conseguido transmitirme aquella nube de tristeza. Mi ilusión inicial no tenía sentido si no lo podía compartir con ella.
Y fue entonces cuando tuve lo que se podría llamar una “crisis profesional”. Algo estaba haciendo mal, no conseguía implicar a Isabel en aquel gran proyecto, que tanto para ella como para mí, tenían que ser prioritarios.
Busqué razones, motivos  y  culpables, analicé todas nuestras conversaciones, observé sus gestos y sus miradas. Pero seguía sin entender el porqué y parecía que no lo encontraría. Pero de entre mis mil defectos hay uno que a veces se convierte en una virtud, y es mi testarudez.
No me di por vencida, estaba empeñada en que Isabel viviera las obras de su nueva casa con la misma intensidad que yo vivía aquel proyecto, mi primer proyecto.
Isabel, una encantadora señora de 77 años, mientras yo me esmeraba en presentarle mi maravilloso proyecto para su casa, ella pasaba la mayor parte del tiempo de nuestras reuniones, explicándome historias de su intensa vida. Anécdotas de sus viajes por todo el mundo. Me hablaba de sus padres y de sus hijos.
 Y un día, si saber ni como, lo entendí. Un día comprendí la falta de ilusión por su nueva casa.
Era tan sencillo y tan obvio que me pareció mentira no haberlo visto antes. Tal vez fuera mi inexperiencia, o quizás el mirar hacia el lado equivocado.
Isabel no sentía interés por su nueva casa porqué sólo veía eso, una nueva casa, un proyecto, unas obras. Sentía que dejaba su casa de toda la vida, con sus cosas y sus recuerdos, para trasladarse a una casa mejor y más bonita, pero que no era su casa.  Sentía que traicionaba a sus preciosos cuadros, trasladándolos del lugar que habían ocupado durante los últimos 50 años, para llevarlos a una casa extraña.
Nunca había tirado a la basura los planos de un proyecto, con tantas ganas. Empezar de cero fue lo más sensato. A partir de aquel día pasé muchas horas con Isabel. Me enseñaba cada rincón de su antigua casa, cada armario y a cada cosa que me mostraba le ponía nombre y apellidos y me explicaba su historia. Y mientras, yo dibujaba el mejor sitio para colocarlas, con el respeto que merece la historia de la vida de cada uno.
Y juntas dibujamos su nueva casa, yo sobre el papel y ella con su historia.
Las obras fueron simplemente eso, unas obras. Pero cuando llegó el momento de la mudanza, estuvimos juntas para colocar toda su vida en el lugar que se merecía. Juntas, sumamos nuestro cariño y nuestra ilusión, y el resultado final fue que Isabel entró en su casa nueva con la misma emoción que sentimos cuando regresamos a nuestra casa después de un largo viaje.
Mi primer proyecto y mi primera crisis profesional. Después ha habido muchas más, pero esta fue la más importante, porque de ella aprendí lo que me ha acompañado durante toda mi carrera profesional.
“Las casas no son ni planos  ni cálculos, son personas y vidas” Y por tanto una casa no se construye con cemento y ladrillos, sino con experiencias y sentimientos”

7 comentarios:

  1. una historia muy de tu estilo

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  2. M´encanta!!! És una història preciosa.

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  3. Moltes gràcies Gemma. M'alegra que t'agradi.

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  4. Angels es una historia precios, llena de sentimiento, fuerza, pasion y humanidad, me ha emocionado y como bien dices es una vision que va más alla de cemento y pareces. Nos ha hecho pensar en que las casas tienen su propia Alma y tu ayudaras a que permanezcan.. felicidades

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  5. ets una gran comunicadora, sempre ho has estat. Enhorabona pel teu blog, aquí en tens una seguidora. Molts petons.

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  6. Angels, que experiencia tan bonita para compartir!!! Tienes toda la razón, qué importante es darle vida a una casa para hacértela tuya. un beso y mucho éxito con tus proyectos.

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  7. Eh!!! molt bé el blog, està molt ben explicat el que fas, i m'ha encantat la història de la teva primera crisi profesional... Ojalá tots tinguessim una primera crisi profesional tan enriquidora!!!

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