By Angels Bernadó Escarré

lunes, 5 de diciembre de 2011

"Pongo" de quita y pon

Todos hemos sido víctimas de algún desafortunado regalo, que por decreto ley, ha pasado a formar parte de la decoración de nuestra casa. Son los conocidos como "pongo".

Quien no ha sido obsequiado con un maravilloso jarrón de volumen geométrico y colores nada acorde con nuestra casa? O con los dichosos recuerdos de bodas, bautizos y comuniones, que no sirven para absolutamente nada. Y las cenas de navidad de empresa, con regalo de amigo invisible incluido? También podríamos hablar largo y tendido de la costumbre de algunas marcas comerciales, que por la compra de uno de sus productos te regalan dos maravillosas copas abstractas para helados o algo peor. Y tampoco nos podemos olvidar de los queridísimos souvenirs de los viajes.

La lista es interminable, pero no sé porqué extraña razón, todos estos elementos que tanto nos horrorizan, van apareciendo en nuestra casa. Y un año tras otro, la acumulación de atrezzos o cosas inútiles crece, porque a lo largo de nuestra vida son muchos cumpleaños, viajes, cenas de empresa, navidades y demás fiestas con regalito. Y con el tiempo, nuestras casas se van convirtiendo en una caricatura de lo que en realidad habíamos soñado.
Tenemos la habilidad de poner en nuestro salón todos los jarrones, figuritas, cuadros y demás elementos, por el simple hecho de tratarse de un regalo, y además tenemos el convencimiento de que estamos obligados a verlos todos los días de nuestra vida, en agradecimiento y recuerdo de la persona que nos lo regaló.

El ejercicio de esta semana propone deshacerse de todos aquellos regalos con misión decorativa, pero que en realidad nosotros nunca nos habríamos comprado y que además se dan de bofetadas con el look o el concepto de nuestra casa.
La solución más drástica y merecida para los objetos que son un insulto a nuestra sensibilidad, sería tirarlos directamente a la basura. Pero no vamos a ser tan brutos e insensibles y vamos a tener un poco de respeto por todas aquellas personas que un día dedicaron un poco de su tiempo y dinero, y nada de gusto, en comprarlos.

Así pues vamos a darnos una vuelta por nuestra casa y vamos a ir recolectando todos estos fantásticos artilugios, y los separaremos en dos grandes grupos: Los que tienen y los que no tienen fondo sentimental. Una vez separados, podemos aplicar dos sistemas para hacerlos desaparecer de nuestras vidas.

El primero y más sencillo, es el que ya os expliqué la semana pasada. Este método es muy útil para los "regalos sin fondo sentimental", y por tanto podemos aplicar la "teoría del desapego", que por lo que me habéis ido contando, muchos de vosotros ya estáis poniendo en práctica. Ya sé que regalar algo que te han regalado es de muy mal gusto, pero esta técnica sólo la aplicaremos con los obsequios del tipo " por la compra de 2 cajas de galletas, le regalamos un precioso despertador-alarma digital de diseño".

El segundo sistema, es el que utilizaremos con los "regalos con fondo sentimental", y consiste en esconderlos en lo que llamaremos cariñosamente el "armario de los regalos del enemigo".
En primer lugar deberás buscar algún armario de tu casa, y guardar todos los "pongo", cerrados a cal y canto. Te recomiendo que, si tu memoria es limitada, antes de esconder todos los regalos, los etiquetes perfectamente en una zona oculta con el nombre de quien te los regaló y la fecha o el motivo. Es importante que el armario de los regalos del enemigo, esté cerca del recibidor y en una zona accesible, no valen los altillos o recovecos de difícil acceso. A continuación deberás buscar un "estante vacio" que se encuentre muy a la vista, preferiblemente en el recibidor o el salón, este estante siempre permanecerá vacio a la espera de las visitas, y aquí viene el arte. Cuando por ejemplo, tu tía abuela venga a merendar, puedes recuperar el maravilloso jarrón que te regaló el día de tu cumpleaños del año 99 y ponerlo en el "estante vacio". Ella estará encantada y tu más, porque cuando la visita se vaya por la puerta, el jarrón volverá a su merecido retiro.

La técnica del armario de los regalos del enemigo, la aprendí de una clienta en el año 96, y aunque reconozco que en aquel momento me chocó un poco, os puedo asegurar que el resultado es espectacular, ya que el cambio que se produce en tu casa cuando te deshaces de todo lo que realmente no te gusta es impresionante.

¿Te animas a convertir tus "pongo" en elementos de quita y pon?





No hay comentarios:

Publicar un comentario